En ocasiones, las relaciones con las personas que forman parte de nuestro entorno son las relaciones que pueden llegar a causarnos cierto malestar. Relaciones con nuestra pareja, hijos, padres…desacuerdos o momentos de tensión que ocasionan conflictos en la convivencia.
No contamos ningún secreto cuando decimos que la convivencia lleva consigo en muchas ocasiones momentos de tensión, desacuerdo, diferencia de opiniones….conflictos; solemos asociar el conflicto con algo negativo que nos causa gran malestar. No tiene por qué ser así, el conflicto es natural en cualquier relación, por ello es esencial para nuestras vidas que aprendamos a gestionarlo de manera adecuada, a medir reacciones desproporcionadas e intentar utilizarlos como fuente de refuerzo para fortalecer las relaciones.
Por otra parte, sabemos que los conflictos vienen acompañados de emociones y que éstas aumentan en intensidad cuando estamos en una situación de desacuerdo, tensión…Por ejemplo…quién no se ha encontrado en una situación de conflicto familiar en el que el aumento de emociones y sentimientos le ha hecho olvidar incluso el motivo principal de la disputa. ¿Lo recordáis?
Para recordar alguna situación de conflicto es necesario que identifiquemos las diferentes emociones las cuales resultan esenciales para las relaciones humanas, es necesario que nos familiaricemos con ellas. Desde pequeños hemos de aprender a reconocer nuestras propias emociones y las de los demás.
Resulta inevitable, en ocasiones, a pesar de todos los esfuerzos no sentirse superados por los conflictos; momentos en los que por diversas circunstancias, intensidad del conflicto en sí mismo, emociones o diferentes hechos no conseguimos encontrar la solución. Es imprescindible saber que a veces nadie puede gestionar de manera adecuada todos los conflictos de su entorno.
En la actualidad, afortunadamente, existen diferentes recursos para afrontar estos momentos.
Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y
no en el resultado, un esfuerzo
total es una victoria completa.
Gandhi
Ana Madueño
Psicóloga
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Los conflictos son parte de la vida y a veces es muy difícil afrontarlos sin que la relación de la persona con quién los tienes sea perjudicada.
En mi opinión, los conflictos tienen su lado bueno y su lado malo.
Aspectos positivos:
Motiva a las personas a entender el punto de vista de los demás, o lo que es lo mismo, a empatizar. Facilita la producción de nuevas ideas, la creatividad y el cambio. Puede fortalecer la relación si se resuelve adecuadamente.
Aspectos negativos:
Genera emociones negativas y gran estrés. Limita la comunicación y finalmente la coordinación.
En mi opinión, los conflictos pueden ser muy buenos si se llega a una solución, pero si no, generarán emociones muy negativas en ambas personas. Aunque esto depende de la empatía y la comprensión de cada uno, ya que siempre que no se tomen medidas desproporcionadas y se escuche a la otra persona cuando ésta exprese su opinión, cualquier conflicto se puede resolver adecuadamente.