¿Qué estilo educativo tengo?
Para comenzar este post, os explicaré a qué me refiero cuando os hablo del estilo educativo. El estilo educativo son un conjunto de valores, ideas, creencias, formas de comportamiento y actitudes que los padres transfieren a sus hijos/as.
Existen 4 tipos y según el estilo educativo que se tenga, esto tendrá ciertas consecuencias en nuestro/a hijo/a. Comenzaremos con el estilo autoritario, caracterizado por reglas rígidas, predominio del castigo, escasa comunicación, altas exigencias y falta de interés por los intereses del niño/a. Este provoca en el niño/a una baja autoestima, rebeldía, carencia en las habilidades sociales, etc.
Por otro lado, tenemos el estilo permisivo, lo poseen aquellos padres en los que predomina el afecto, pero hay ausencia de límites, no utilizan el castigo y sus hijos/as suelen llevar el control de su comportamiento. Esto dará lugar a un niño/a con dificultad para autocontrolarse y para ser perseverante.
El estilo negligente se caracteriza por la no implicación de los padres en la crianza de sus hijos/as. Son padres que se muestran distantes con sus hijos/as, no tienen presente sus necesidades, no hay normas; sin embargo, a veces castigan sin dar justificación. Estas carencias generan en el niño/a una baja autoestima y empatía, mayor probabilidad de producir conflicto y problemas en las habilidades sociales.
Por último, tenemos el estilo democrático, el cual es el que más beneficios tiene. Los padres muestran afecto, ponen límites explicándole al pequeño/a el porqué de ese límite, son flexibles, tienen en cuenta las necesidades de sus hijos/as, promueven la autonomía, y la comunicación tiene un papel fundamental en la relación padre-hijo/a. El niño/a que ha recibido este estilo educativo tendrá una buena autoestima, buenas habilidades sociales, capacidad de autocontrol y será un adulto autónomo.
Os ánimo a que observéis qué estilo tenéis, para ver si es necesario cambiarlo. Aunque esto no es sencillo, con las pautas adecuadas se puede conseguir.
Learn MoreEL “NO” EN LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS
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LOS CASTIGOS, ¿REALMENTE FUNCIONAN? ¿REALMENTE LOS NIÑOS APRENDEN CON ELLOS?
Debemos analizar la forma en la que actuamos ante las malas actuaciones de los niños. ¿Castigamos sin hablar con los niños sobre su conducta? ¿Hacemos del castigo algo habitual?
Vemos de manera clara que después del castigo hay una consecuencia, pero no hay nada más detrás. Los castigos carecen de aprendizaje, significado y valores.
Todo esto no quita que cuando los niños hacen algo mal, actuemos como si nada y miraremos a otro lado. Debemos basar el aprendizaje en una disciplina positiva y en la conversación.
Irene Moreno
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