EL “NO” EN LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS
El “no” es una de las palabras más fuertes, potentes y poderosas que tenemos en nuestro vocabulario. Con ella se transmiten ideas inquebrantables y suele llevar un significado connotativo de sentimiento de rechazo y coacción.
Con los niños debemos aprender a negarnosa sus peticiones cuando creamos que no tienen precedentes. No es bueno decirles siempre que “sí”, por mucho que les queramos, porque se pueden convertir en “pequeños tiranos” y creer que con una actitud dominante o agresiva pueden conseguir todo lo que ellos quieran siempre. Debemos aprender a decir que no a los niños sin sentirnos culpables, sin llegar a ser demasiado rígidos o prohibirles cualquier cosa sin sentido. La palabra “no” solo se debe utilizar en momentos concretos donde haya un peligro real para el niño.
En la actualidad, muchos padres se sienten sobrepasados en la educación de sus hijos y a veces se abusa de la palabra ‘no’. Cuando se utiliza demasiado esta palabra, se puede llegar a que los pequeños dejen de escucharla, y lo peor, de darle sentido. Hay que ser conscientes de que tantas negativas puede afectar al desarrollo emocional de nuestros hijos, influyendo en su autoestima, cortando su libertad y frustrando su capacidad de decisión y acción.
En todos los núcleos donde el niño se desenvuelve, hay que establecer límites y unas normas claras. Se les debe enseñar valores con nuestras decisiones. Con estos límites aprenderán que puede o que no puede hacer de una manera clara.
Además, el “no” como negativa bien utilizado, es importante para que puedan tolerar la frustración y empatizar con los sentimientos de otros.
Otro dato importante, es que no nos vean dudar para que sepan que cuando se les dice que “no” es que “no”. Nuestras decisiones se las debemos explicar de una manera clara, concisa y sin fisuras.
Situaciones en las que decir “no”
ü Cuando piden ayuda pero pueden hacerlo ellos.
ü Cuando creamos que no es el momento y tienen que saber esperar.
ü Cuando lo que quieren es lo contrario a lo que necesitan.
ü Cuando nos parece pronto para su edad.
Consejos para decir “no”
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LOS CASTIGOS, ¿REALMENTE FUNCIONAN? ¿REALMENTE LOS NIÑOS APRENDEN CON ELLOS?
Todos recordamos alguna ocasión en la que cuando éramos niños, nos castigaron nuestros padres, ahora os pido que reflexionéis ¿Qué sentimientos os vienen a la cabeza? ¿Ayudó a que cambiarais algo?
Partamos desde la mente del niño. No hay nada mejor que saber entender la mente de ellos para poder actuar de manera correcta.
El castigo es una de las herramientas más utilizadas en la educación. En principio, parece una buena opción a la hora corregir al niño y ponerle límites para conseguir un cambio de su conducta, sin embargo, tras múltiples estudios, queda demostrado que es inefectivo e incluso puede ser perjudicial, y aún más si se hace para imponer temor.
Debemos analizar la forma en la que actuamos ante las malas actuaciones de los niños. ¿Castigamos sin hablar con los niños sobre su conducta? ¿Hacemos del castigo algo habitual?
Vemos de manera clara que después del castigo hay una consecuencia, pero no hay nada más detrás. Los castigos carecen de aprendizaje, significado y valores.
Todo esto no quita que cuando los niños hacen algo mal, actuemos como si nada y miraremos a otro lado. Debemos basar el aprendizaje en una disciplina positiva y en la conversación.
Irene Moreno
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