Los límites
Muchos habréis leído el título y habréis pensado “buff… eso de decir que no…” A más de uno nos pasa que eso de poner límites se nos atraganta un poco, y es que no es algo agradable. Al final, estamos dando una negativa ante algo que otra persona nos pide y que sabemos que es muy posible que le siente mal. Tendremos pensamientos tipo “¿y ahora qué va a pensar de mí?” “si le digo que no, lo mismo ya no vuelve a hablarme” “si me niego a hacerlo, le caeré mal y seguro que se enfada”. ¿Te sientes identificado? Muchos de nosotros nos sentiremos reflejados en esto, ya que más de uno de estos pensamientos los hemos tenido. Es normal, como decía, el poner límites siempre se ha percibido como algo negativo.
Sin embargo, estos límites son necesarios para que no nos pisoteen o se aprovechen de nosotros. No sólo eso, sino que además contribuye positivamente a nuestra autoestima. Delimitamos hasta dónde pueden llegar los demás con sus peticiones, es decir, permitimos o no que se aprovechen de nosotros. No está mal hacer favores de vez en cuando, no me malinterpretéis, lo importante es la frecuencia de estos favores y si es una relación bidireccional. Con esto quiero decir que si mañana necesitas un favor, va a estar esa persona para hacerlo. Si no es así, tendremos que establecer límites claros. Pero establecer límites no es únicamente decir que no, también es alejar a personas de nuestra vida que no nos hacen bien o no dejar que otros tomen nuestras decisiones.
Evidentemente, esto no es algo fácil de hacer, pero sí es necesario para una buena autoestima y para el establecimiento de relaciones sanas con los demás.
Miriam Romero
Psicóloga clínica
Learn More