El funcionamiento del cerebro adolescente
Seguro que todos hemos visto a un adolescente y hemos pensado: “Parece que no piensa lo que hace”, “Todo le afecta de una manera exagerada” o incluso, “Nunca perciben el riesgo”. Efectivamente, el adolescente es mucho más impulsivo y emocional que una persona adulta, sin embargo, este tipo de comportamiento es el reflejo de un cerebro aún en desarrollo.
Durante esta etapa se producen grandes cambios en lo que respecta a la maduración cerebral, comenzando y terminando de desarrollarse algunas regiones cerebrales importantes. La región límbica, encargada de la parte emocional, es la primera en desarrollarse y lo hace antes que otra región conocida como la corteza prefrontal. La corteza prefrontal es la encargada de tomar decisiones, planificar, razonar y controlar impulsos, sin embargo, no es hasta bien avanzada la adolescencia e incluso en la etapa adulta cuando termina de desarrollarse.
El adolescente, gracias al pronto desarrollo de la región límbica, se guía por las sensaciones y emociones que le generan las distintas actividades que realiza en el día a día. Sin embargo, al carecer de una corteza prefrontal completamente desarrollada, aún está aprendiendo la manera de analizar, a través de la lógica y el razonamiento, distintas alternativas que se le presenten, así como a regular correctamente las emociones que se activen en él.
Es importante comprender que esta configuración mental es inevitable y fundamental para su desarrollo y, por tanto, que todavía están explorando y comprendiendo su propio comportamiento ¿Les dejamos crecer?
Alba Sacristán
Psicóloga
Learn MorePautas para el correcto estudio autónomo
¿Te ha ocurrido que estos días te cuesta estudiar más de lo habitual? Normalmente solemos “excusarnos” en la falta de tiempo pero, ¿y ahora? ¿Cuál es el problema? Es probable que la falta de una rutina de clases, extraescolares, horas de ocio, etc., pueda convertir estos días de estar en casa en unas “soñadas vacaciones” pero, es muy importante tener presente que estos días pasarán y deberemos volver a los deberes diarios y a los temidos exámenes, por lo que no es aconsejable que desconectemos totalmente nuestro cerebro de todo lo aprendido, pues si no, se nos podría complicar esta inesperada “vuelta al cole”. Con estas pautas que a continuación presentamos, intentaremos que retomar nuestra actividad de estudio no sea una tarea muy pesada.
Lo primero que debemos saber antes de comenzar a estudiar: ¿qué es lo más importante? LA ORGANIZACIÓN.
Si partimos de un horario en el que podamos distribuir el tiempo que vamos a dedicar al estudio, ya tenemos gran parte del trabajo hecho. Ahora sí, tan importante es organizar las tareas como hacerlo de forma realista. Debemos ser conscientes de cuál es el tiempo que podemos dedicar a las tareas sin distraernos o sin sentir cansancio. Por ejemplo, 4 horas seguidas de estudio no es una buena alternativa. ¡Recuerda el tiempo de descanso! Una vez organizado el trabajo que vamos a realizar teniendo en cuenta los tiempos de descanso y las horas de ocio u otras actividades, veamos cómo debe ser nuestro “puesto” de trabajo. Vamos a fijarnos en la siguiente imagen, ¿qué errores se observan en ella.
Para saber qué elementos fallan debemos hacernos una pregunta: ¿lo necesito para estudiar?
En primer lugar, el teléfono móvil. ¿Es realmente necesario o es más bien una distracción? En la mayoría de los casos se trata más bien de una distracción, por lo que deberemos apartarlo
de nuestro campo de visión, así la “tentación” de consultarlo será menor. Vamos a ver qué sucede con las gafas de sol. Suponiendo que estamos en casa (ahora mismo no tenemos otra alternativa), ¿vas a necesitar unas gafas de sol para estudiar? Al igual que el móvil, probablemente nos resulte una distracción, así que la apartaremos de la mesa. Hablando de la mesa… ¿Qué te parece esa mesa? Probablemente no sea muy cómoda, verdad? Algo de vital importancia es buscar una localización de la casa que nos resulte cómoda y agradable. Además, debe tener una buena iluminación, ¡pero sin hacer que las gafas de sol sean necesarias! Por último, el café. Aunque es frecuente ver en muchos escritorios de estudiantes una gran taza de café o una lata de alguna bebida energética, debemos ser conscientes de que un exceso de energía es tan perjudicial a la hora de estudiar como una falta de la misma. Cambia la taza de café por una botella de agua, con un cerebro correctamente hidratado tus ideas fluirán solas.
Pues bien, ya estamos listos para comenzar a estudiar. Este proceso no es igual para todos los cerebros y cada uno debemos conocer cómo rendimos mejor. De forma general, estos son los pasos que te aconsejamos a la hora de estructurar las sesiones de estudio:
- Realiza una primera lectura del tema que va a ser estudiado. (Lo ideal es que las sesiones se dividan en temas o, si son muy largos o complejos, en apartados). Así tendremos una primera idea general acerca de lo que vamos a estudiar.
- Comienza con una lectura en profundidad, apartado por apartado, buscando la mayor comprensión posible de éstos.
- Realiza un subrayado de aquellas partes que se consideren más importantes. No se trata de subrayar todo, sino resaltar aquellas palabras o frases que no se nos pueden olvidar. Puedes usar uno o todos los colores que veas, cada persona tiene un método diferente para estudiar, encuentra el tuyo propio.
- Una vez comprendida la lección, es aconsejable realizar resúmenes y, a partir de éstos, esquemas para fijar en nuestra memoria los conceptos más importantes. Cuando hablamos de resumir no estamos hablando de copiar, sino de explicar con palabras propias y de manera sintetizada la información leída, sin olvidar ningún concepto importante. Es recomendable realizarlos en formato escrito (con papel y boli y no a ordenador), ya que así se facilita el proceso de memorización.
- Por último, a la hora de realizar los esquemas, éstos deben componerse únicamente de aquellas palabras que nos hagan recordar de qué estamos hablando. El esquema es el paso que se debe dar una vez estudiada la lección, pues nos servirá para fijar en nuestra memoria los conceptos y tener, de una forma más visual, la estructura de lo aprendido.
Acaba con la pereza y pon en práctica estos consejos para conseguir mejorar la forma en la que estudias, recuerda que la excusa del tiempo no vale en estos días…
Learn MoreNeurociencia y educación
Son muchas las dudas que se han generado en cuanto a la posibilidad de aplicación de los conocimientos aportados por la neurociencia, más concretamente la neurociencia cognitiva, a la educación. Tanto que a comienzos de los 90 surgió el “aprendizaje basado en el cerebro”, un movimiento que partía de la educación con la intención de unificar los avances de ambos ámbitos.
Es cierto que, como aportan numerosas evidencias, ambas disciplinas “hablan” dos lenguajes distintos y poseen diferentes objetivos. Sin embargo, existe una solución a estas diferencias, la “creación” de profesionales con una formación híbrida y con experiencia tanto educacional como en investigación. De esta forma, autores como Janet Zaldina han propuesto la posibilidad de crear una nueva especialidad que forje el nexo entre las disciplinas mencionadas: la profesión de “neurocientífico educativo”.
Hay que dejar claro que con esto no se pretende cortar de raíz con el sistema educativo actual, si no modificarlo de una forma sensata para tratar de mejorarlo. Por ejemplo, la neurociencia ha dado a conocer que la maduración cerebral requiere de más tiempo del que se creía hace apenas unos años, pasando de “los primeros 1000 días” de vida, hasta los 7000 (Lipina y Segretin, 2015). Otra revelación que ha aportado la neurociencia (Dumontheil, 2015; y CatherineSebastian, 2015) es que el papel de las hormonas en la adolescencia, pasa a un segundo plano junto con los cambios contextuales y sociales, siendo el proceso de maduración cerebral la razón principal de un desarrollo óptimo del pensamiento abstracto, la capacidad de resolución de problemas o la autoconciencia.
En definitiva, las investigaciones en neurociencia aportan estrategias para facilitar el proceso de aprendizaje entre los estudiantes, no sólo teniendo en cuenta el contenido de lo que se enseña en las aulas, sino en la manera en que estos contenidos deben ser ser enseñados.
Estos datos son, o deberían ser, cruciales para plantear cambios en las medidas políticas de educación y en el desarrollo de planes para la prevención del fracaso escolar, así como del desarrollo cognitivo y emocional de los más pequeños.
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LA IMPORTANCIA DE GATEAR PARA PREVENIR POSIBLES DIFICULTADES
El inicio del gateo se da en la recta final del primer año de vida.Mediante este desplazamiento, se producen en el niño muy diversos cambios que si no se adquieren con normalidad, pueden ocasionar futuras dificultades en algunas funciones cerebrales, sobre todo las relacionadas con el aprendizaje.
Mediante el gateo:
- El niño comienza a conectar los dos hemisferios cerebrales
- Se produce una maduración de las funciones cognitivas.
- Se desarrolla el equilibrio y el patrón cruzado previo a la bipedestación.
- Comienza el desarrollo de la relación ojo- mano y su relevancia neurológica, la cual cobra gran importancia en los procesos de aprendizaje de la lectura y escritura.
De ahí, la importancia de que los niños pasen por todas las etapas del desarrollo evolutivo, desde liberar lo brazos del cuerpo, a la marcha cruzada, aquí , pasamos entre otros movimientos, por el gateo.
Laura Estremera, profesora de la Escuela Bitácoras, suele explicarlo comparándolo con una escalera de caracol. “Lo más sencillo es subir peldaño a peldaño, apoyando cada aprendizaje nuevo en los anteriores. Se puede ascender saltando algún paso, pero puede causar alguna dificultad. Sobre todo, porque al llegar arriba quizá echemos en falta ese escalón evitado.”
Beatriz Gómez Caravantes.
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