SUICIDIO
El suicidio, por desgracia, sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad. ¿Por qué? Por una cosa que se llama “el efecto llamada”. Esto quiere decir que cuanto más se hable del tema, más va a ocurrir. Sin embargo, esto no es totalmente cierto.
En España es una de las principales causas de muerte. Considerando esto, podemos decir que es un problema bastante importante en nuestro país. En estas ultimas semanas, una celebridad se ha suicidado y todo el mundo se ha volcado con este problema social, para bien y para mal. Algunos no sólo han mostrado su apoyo a la familia, sino que han criticado esta situación y la importancia de la salud mental. La importancia de pedir ayuda para no tener que llegar a ese punto. Muchos otros han criticado el acto en sí, acusándolo de cobarde y egoísta.
Mi pregunta es: ¿acaso sabemos lo que pasa por la cabeza de una persona para hacer eso? Por supuesto que no. No tenemos ni idea de lo que puede llevar a una persona a quitarse la vida, porque en ocasiones ni siquiera muestran señas de estar mal, de necesitar ayuda. Puede que cuenten con una buena situación económica, una familia que apoya y una buena red de amigos, pero algo falta. “Si lo tenía todo, no tiene sentido que se haya quitado la vida”, “pero, ¿qué problema va a tener? ” Os suena todo esto, ¿verdad? Pues os diré algo, a veces tenerlo todo no da como resultado ser feliz.
Si uno no está feliz consigo mismo, por muchos amigos que tenga, por mucho dinero que tenga, no es suficiente para seguir día a día. A veces, no queremos estar con nosotros mismos, no aguantamos nuestra propia presencia. Sé que puede resultar difícil de comprender, pero al final muchas enfermedades mentales funcionan así. Desde fuera puede parecer todo perfecto, pero por dentro puede ser algo completamente distinto.
Así que, la próxima vez que ocurra una desgracia como esta, os invito a reflexionar. ¿Qué estamos haciendo mal como sociedad para tener una tasa tan alta de suicidio? ¿Qué podemos hacer a nivel individual para prevenirlo?
Miriam, psicóloga
Learn More¿Quieres ser feliz? ¿Sabes qué es la divagación mental?
¿Alguna vez mientras estudiabas o trabajabas te has sorprendido pensado en algo diferente a la tarea que estabas haciendo? ¿Alguna vez has llegado a casa conduciendo como si fueras en piloto automático?
Pensar o imaginar cosas que no están ocurriendo aquí y ahora se ha denominado divagación mental. Un estudio reciente (Killingsworth y Gilbert, 2010), publicado en una revista muy importante (Science), concluye que las personas pasan el 50% de las horas que están despiertas pensando en cosas que no están sucediendo aquí y ahora. ¿En qué piensan tanto las personas? En general en posibles sucesos futuros, cosas del pasado, y en ocasiones, en cosas que no pasaron ni ocurrirán jamás. Estos pensamientos se dan en todas las actividades de nuestra vida diaria (en el trabajo, viendo la televisión e incluso manteniendo relaciones sexuales). Como puedes imaginar, no prestar atención a la tarea que se está realizando, lleva a las personas a cometer más errores y a recordar peor la información de la tarea.
Como acabamos de explicar, estos pensamientos pueden influir de manera negativa en nuestro rendimiento, sin embargo, estos pensamientos son muy frecuentes, así que cabe preguntarse qué función desempeñan. En los últimos años se ha destacado que estos pensamientos facilitan la solución de problemas y la puesta en marcha de conductas para conseguir o evitar un determinado resultado. Déjame mostrarte un ejemplo. Si estas pensando en viajar a Tailandia tendrás que planificar ponerte las vacunas obligatorias antes del viaje, lo que implica planificar el día y el lugar.
Por otro lado, diferentes estudios planteaban que la divagación mental mejoraba nuestro estado de ánimo actual. Pensar en esas vacaciones deseadas, harían que las personas se sintiesen mejor. Esto parece estar en relación con la idea que las personas pasaban más tiempo pensando en sucesos positivos que negativos o neutros. Sin embargo, Killingsworth en su estudio hallaba que esto no era cierto. Es decir, las personas no eran más felices cuando su mente estaba divagando que cuando estaban centrados en la tarea diaria, ni siquiera cuando el contenido de lo que estaban pensado era algo positivo.
En conclusión, una mente que divaga no es una mente feliz, por eso, si quieres ser feliz y productivo…
¡presta atención al aquí y al ahora!
Si te interesa este tema te recomiendo el breve artículo “A Wandering Mind Is an Unhappy Mind”. Si tu dominio del inglés no es muy bueno, puedes ver la charla TED de Killingsworth con subtítulos en español en el siguiente enlace. https://www.ted.com/talks/matt_killingsworth_want_to_be_happier_stay_in_the_moment
Dra. Natalia Poyato, Psicóloga en CES EDUCA.
Learn MoreTaller 14-12-2019: En busca de la felicidad
LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD
¡Buenos días! Este miércoles con motivo del pasado Día Internacional de la Felicidad celebrado el 20 de marzo queremos hablaros sobre ella en la publicación de esta semana.
Actualmente, si prestamos atención a nuestro entorno, estamos rodeados de mensajes positivos que parecen demonizar las emociones negativas en general y el estar tristes en particular. Marcas como Mr. Wonderful con frases del tipo “Sonríe en los malos momentos porque en los buenos lo hace todo el mundo” o “Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos” son un reflejo de lo que se entiende hoy por felicidad.
Estas frases no son “felicidad”; si nos tomamos estas frases como imperativos a seguir, acabaremos frustrados y deprimidos ya que no podemos sonreír siempre ni podemos conseguir todo lo que queremos o soñamos por mucho que lo persigamos. Cuando estamos viviendo una situación de pérdida, una situación injusta, o pasando por algo que no sepamos cómo va a terminar; tenemos que permitirnos estar tristes, enfadados, preocupados…, permitirnos no tener un buen día porque, como ya hemos explicado en publicaciones anteriores, todas esas emociones desagradables o negativas, tienen una función adaptativa en nuestra vida y nos permiten actuar en consecuencia.
Ahora bien, para otros muchos, frases de este tipo han hecho que se vuelvan unos haters de la felicidad, es decir; personas que reniegan de todos los efectos positivos que tienen en nosotros sentir emociones agradables o positivas y que no han demonizado las emociones negativas, sino las positivas y la felicidad.
Como casi todo en esta vida, lo encontramos en un punto medio: ni tenemos que sonreír siempre, hasta en los malos momentos; ni tenemos que ser nubarrones negros para nosotros y nuestro alrededor. Es importante saber dar el valor que tiene a cada emoción que sentimos; identificarlas, comprenderlas y regularlas. Esto nos recuerda al concepto de inteligencia emocional, muy relacionado con la felicidad o nivel de bienestar psicológico de las personas.
Platón o Aristóteles ya hablaban y filosofaban acerca de la felicidad, por lo que podemos pensar que es un tema que ha preocupado desde la Antigua Grecia. Actualmente, la psicología ha realizado también múltiples estudios científicos sobre cómo el ser humano puede alcanzar la felicidad. En el resto de publicaciones que hemos realizado, nos hemos estado centrando en las emociones negativas como la ansiedad. Lo hemos hecho así porque son emociones que causan mucho malestar a las personas que las sufren. Pero, por otro lado, no debemos olvidar que además de saber reconocer, comprender y regular la ansiedad, es igual de importante saber hacer incrementar, sobre todo en según qué momentos, las emociones positivas que sentimos para poder paliar los efectos de las emociones negativas y el estrés en nuestra vida y nuestro cuerpo.
Pero… ¿Qué efectos tienen las emociones positivas? Según los estudios, los efectos que tienen emociones positivas como la alegría, el amor o el interés son:
- El juicio hacia los demás y uno mismo es más indulgente.
- Favorecen relaciones con los demás más íntimas y satisfactorias.
- Favorecen la resistencia ante las adversidades.
- Favorecen reparar o contrarrestar estados de ánimo negativos.
- Asociados a una mejor salud cardiovascular (menor tensión arterial, menor tasa cardiaca…)
- Mejoran el funcionamiento del sistema inmunitario.
- Favorecen la simpatía, la atracción y el apego a los demás.
- Hacen que codifiquemos y recuperemos mejor recuerdos positivos.
- Amplían el campo visual y el foco atencional.
- Generan un pensamiento más flexible y creativo.
- Favorecen la búsqueda de información.
- Generan más repertorios de conducta.
Si tenemos todo esto en cuenta, vemos la importancia de potenciarlas en nuestro día a día ya que, al igual que todas las emociones, las positivas también tienen una función adaptativa. En futuras publicaciones seguiremos escribiendo sobre este tema que, desde el Gabinete de psicología y logopedia de CES Educa, creemos que es también muy importante. Espero que os haya resultado interesante.
¡Hasta la semana que viene!
Laura Alonso Rodríguez
Psicóloga colegiada M-28753
Referencias:
Vázquez C. y Hervás G. (2014). La ciencia del bienestar: Fundamentos de una Psicología Positiva. Alianza Editorial
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