Trastorno esquizoide de la personalidad
Vamos a empezar dejando claro lo que es un trastorno de personalidad. Todos podemos conocer a una persona con rasgos esquizoides, obsesivos, narcisistas,… debido a que no dejan de ser rasgos de personalidad que todo el mundo tiene, en mayor o menor medida. Sin embargo, cuando estos rasgos de personalidad se manifiestan de manera rígida y dificultan el día a día de una persona, es cuando lo llamamos trastorno de personalidad.
El trastorno esquizoide es uno de los grandes desconocidos dentro de los trastornos de personalidad, afecta a menos de un 1% de la población general, de ahí que apenas se escuche hablar de él. Sin embargo, el trastorno esquizofrénico de la personalidad seguramente sí os suene haberlo oído, y aunque a nivel semántico se parezcan, no tienen nada que ver a nivel patológico. Aún así, es posible que las personas con trastorno esquizofrénico experimenten comportamiento esquizoide, por lo que no hablaríamos de trastorno esquizoide de la personalidad.
Dicho trastorno se sitúa dentro del grupo A de los trastornos de personalidad, que engloba a los excéntricos o raros. Su prevalencia es mayor en hombres que en mujeres, pero la diferencia no es muy destacable. Entre sus principales características se encuentra el no mostrar interés por las interacciones sociales y tener expresiones emocionales muy limitadas basadas en la frialdad y la indiferencia. De ahí que prefieran realizar actividades solitarias y no tengan amigos íntimos ni se interesen por las relaciones sexuales ni de ningún tipo.
Por otro lado, los trastornos por evitación y Asperger que evitan las interacciones sociales, el primero por ansiedad y el segundo por dificultades en comunicación no verbal, tienen una gran diferencia con el esquizoide, y es que este no las evita, simplemente no tiene ningún interés.
Como hemos dicho al principio, este trastorno es muy raro pero no por ello inexistente. Es importante visualizar este tipo de enfermedades mentales tan raras para que se conozcan y de esta manera se puedan seguir estudiando, con el objetivo de encontrar una cura.
Miriam Romero
Psicóloga
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
El TDAH es un trastorno que aparece en la infancia o adolescencia. La sintomatología del TDAH varía siempre dependiendo del caso:
- Problemas de aprendizaje
- Baja tolerancia a la frustración
- Sintomatología depresiva
- Dificultad en el rendimiento académico
- Problemas de conducta
- Dificultad en las relaciones sociales
- Baja autoestima
También puede que haya niños que tengan problemas de autoestima debido a que tienen más dificultades para tener un buen nivel académico, tratar con otros niños, comportarse bien en el colegio, con los profesores, etc.
¿Cómo se presenta?
- Presentación predominante con falta de atención: es más frecuente en mujeres y tiene un gran impacto académico
- Presentación predominante hiperactiva: principalmente aparecen la impulsividad y agresividad.
- Presentación combinada: es la más frecuente, afecta al rendimiento global.
Falta de atención
Un niño que manifiesta un patrón de falta de atención a menudo presenta las siguientes características:
- No es capaz de prestar atención minuciosa a los detalles o comete errores por descuido en los trabajos escolares
- Le cuesta permanecer concentrado en tareas o juegos
- Parece no escuchar, incluso cuando se le habla directamente
- Tiene dificultades para seguir instrucciones y no logra terminar las tareas o los trabajos escolares
- Tiene problemas para organizar tareas y actividades
- Se distrae fácilmente
- Se olvida de hacer algunas actividades diarias, como las tareas del hogar
Hiperactividad e impulsividad
Un niño que manifiesta un patrón de síntomas de hiperactividad e impulsividad a menudo presenta las siguientes características:
- Está inquieto o da golpecitos con las manos o los pies, o se retuerce en el asiento
- Le cuesta permanecer sentado en el aula o en otras situaciones
- Está en constante movimiento
- Va de un lado para otro o trepa en situaciones no apropiadas
- Tiene problemas para jugar o realizar actividades tranquilas
- Habla demasiado
- Da respuestas apresuradas o interrumpe a quien le hace preguntas
- Tiene dificultades para esperar su turno
No hay que alarmarse, es importante tener en cuenta que la mayoría de los niños sanos no prestan atención o son hiperactivos o impulsivos en un momento u otro. Es típico que tengan períodos de atención cortos y no puedan seguir con una actividad por mucho tiempo. Incluso en niños mayores y adolescentes, el período de atención a menudo depende del nivel de interés. Lo mismo ocurre con la hiperactividad. Los niños pequeños son naturalmente activos.
Es importante una buena evaluación del caso para diseñar un tratamiento apropiado. El diagnóstico temprano, junto con un tratamiento adecuado darán sin duda a una buena evolución, por lo que es importante no confundir con el comportamiento natural propio de la infancia.
Natalia Regidor Mecha
Psicóloga Colegiada (M-34438)
Learn MoreTRASTORNO DE ESTRÉS POST TRAUMÁTICO (TEPT)
Según el DSM-V el TEPT es un trastorno mental que surge cuando una persona ha estado expuesta a una situación traumática donde ha estado en peligro su propia vida, una situación de muerte repentina o largos periodos de tiempo donde el miedo es la emoción protagonista. Los principales síntomas son:
- Reviviscencia: la persona recuerda el trauma y siente que vuelve a revivirlo con la misma intensidad que cuando ocurrió. Tiene continuamente flashbacks, pesadillas y pensamientos intrusivos.
- Síntomas de evasión: la persona intenta evitar todas aquellas situaciones, personas u objetos que le recuerden la situación traumática. Genera mecanismos de defensa para evitar pensar en ello.
- Hipervigilancia y reactividad: dificultad para dormir, arrebatos de ira, sentirse ‘’al límite’’, sentirse fácilmente sobresaltado.
- Síntomas cognitivos y del estado de ánimo: cambios negativos en creencias y sentimientos que incluyen: problemas para recordar cosas importantes del evento traumático, pensamientos negativos sobre uno mismo, los demás y el mundo (triada cognitiva), sentir culpa y remordimiento, perder interés en cosas que antes disfrutaba (anhedonia), problemas para concentrarse (aprosexia).
Estos días debido a la situación que estamos viviendo algunas personas son vulnerables a desarrollar este trastorno. La población más vulnerable es el personal sanitario. Ellos que están en las trincheras al pie del cañón ayudando a todos los enfermos tienen que enfrentarse día a día a una realidad aterradora. En primer lugar, a una realidad inesperada que llega como un tornado que arrasa todo. Por otro lado, estos médicos están viendo a gran cantidad de personas fallecer día tras día. Han tenido que enfrentarse a decisiones morales de incluso decidir qué personas son atendidas y cuales no por falta de recursos hospitalarios. Trabajan durante largas jornadas viéndose también en peligro su propia salud.
Por todo esto, los sanitarios son personas que cuando todo esto acabe y miren atrás, y con ello todo lo que han tenido que vivir, probablemente desarrollen un trauma ante estas situaciones de estrés. Una vez diagnosticado es importante saber pedir ayuda, los profesionales de la salud mental estamos para acompañaros en este proceso.
Algunos factores de prevención son:
- Realizar ejercicios diarios de respiración, relajación muscular y/o meditación.
- Aceptar que ante esta situación tan complicada pueden surgir en mí emociones desagradables. La aceptación es el primer paso para la gestión emocional.
- La Terapia Narrativa ayuda mucho a plasmar las emociones. Siempre decimos que ‘’el lenguaje crear realidades’’. Al escribir ordenamos nuestro pensamiento, le damos un significado, entendemos el sentido, y todo ello, nos permite elaborar lo que está ocurriendo y cómo nos está afectando. Tener un ‘’cuaderno de descarga emocional’’ donde pueda ir plasmando como me siento siempre genera beneficios a nivel terapéutico.
Todo esto nos hace desarrollar la ‘’resiliencia’’ que es la capacidad de los seres humanos de poder sobreponernos a los eventos dolorosos y obtener un aprendizaje de ellos.
Para conseguir todo esto es importante buscar apoyo, no tenemos que llevar esto de una manera extraordinaria, simplemente tenemos que ESTAR y SER.
Busca momentos de autocuidado, dedica tiempo a cuidarte para poder cuidar, haz momentos de silencio contigo mismo, regálate pequeños placeres y para cuando necesites parar.
Estamos aquí para cualquier cosa que necesites. No dudes en pedirnos ayuda.
Psicóloga: Silvia Sánchez Torres
Learn More¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN? ¿ESTOY DEPRIMIDO?
Natalia Regidor Mecha
Psicóloga Sanitaria Colegiada (M-34438)
MIEDO AL MIEDO…
¡Buenas! ¿Qué tal la Semana Santa? Aunque el tiempo no haya acompañado en estos días, espero que hayáis sido capaces de disfrutar de esos ratos con la familia y amigos y hayáis podido recargar pilas y coger fuerzas para volver al trabajo.
Estando de vacaciones tuve una conversación que me pareció muy interesante. La persona con la que estaba hablando me comentó que de vez en cuando se empezaba a encontrar muy mal, que sin que ocurriese nada en concreto y mientras estaba realizando tareas cotidianas, se empezaba a sentir nerviosa y tenía pensamientos negativos y catastrofistas de que iba a pasarle algo malo (que se iba a desmayar, le iba a dar un ataque al corazón, iba a volverse loca o, incluso, que podría morirse). Esto iba acompañado de sentimientos de terror, palpitaciones, mareos, náuseas, opresión o malestar en el pecho… y, en sus casos más graves, de una sensación de ahogo o falta de aliento. Todos estos síntomas aparecían bruscamente, aparentemente de la nada, y suelen alcanzar su máxima expresión en los primeros 10 minutos. Otro detalle importante fue que, cuando le pregunté qué estaba ocurriendo cuando empezó a sentir todos esos síntomas, que por qué sentía ansiedad, me contestó que nada; que lo que realmente le daba miedo era volver a tener otro ataque, sentir que va a volverse loca o a perder el control, que algo muy malo puede pasarle si le da otra crisis.
Pues bien, esto que describimos aquí, es lo que llamamos ataque de pánico o crisis de angustia. A algunas personas les da una vez y, al no darle mayor importancia y atribuirlo a una pesadilla o que se han puesto nerviosos; no va más allá. Sin embargo, la persona que después de pasar una crisis se queda preocupada por ella y con ese temor de volver a experimentar una o con temor a las propias sensaciones internas, puede ocasionar que, el mero hecho de sentir ansiedad, le produzca más ansiedad; es decir, siente miedo a la ansiedad, miedo al miedo; y es entonces cuando consideramos que la persona padece un trastorno de pánico.
Ahora bien, ¿a qué se deben las sensaciones que tememos en el pánico?
De forma automática y adaptativa, nuestro cerebro se pone en marcha cuando percibe un peligro y activa el sistema de alarma responsable de provocar diferentes cambios fisiológicos con los que tu organismo se prepara para afrontar el peligro.
Por ejemplo, al aumentar la frecuencia cardiaca y la fuerza de los latidos del corazón, tus músculos disponen de más sangre y se eliminan mejor las toxinas, resultando más fácil huir o atacar; o hiperventilamos, respirando más cantidad de aire y más deprisa, preparando al cuerpo también para la lucha y la huida; entre otras.
Las personas que sufren ataques de pánico de manera frecuente sienten mucho malestar y acaban evitando diferentes situaciones porque temen que se desencadene otra crisis. Cuando se comienza a evitar ir a lugares donde se puede producir otra crisis y no hay posibilidad de ayuda, decimos que la persona sufre trastorno de pánico con agorafobia.
Las personas que sufren ataques de pánico están dentro de un círculo vicioso que hace que los síntomas de ansiedad se incrementen debido a la interpretación catastrofista de dichos síntomas y a la activación automática de la reacción de alarma del organismo. Esto hace que sintamos síntomas más intensos que, a su vez, interpretamos de forma aún más catastrófica; y así sucesivamente.
Si te reconoces en este post, es importante que busques ayuda de un profesional que te enseñe a manejar estas situaciones. Desde el Gabinete de psicología y logopedia de CES Educa estaremos encantados de ayudarte.
¡Buena semana!
Laura Alonso Rodríguez
Psicóloga colegiada M-28753
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