TRASTORNO DE ESTRÉS POST TRAUMÁTICO (TEPT)
Según el DSM-V el TEPT es un trastorno mental que surge cuando una persona ha estado expuesta a una situación traumática donde ha estado en peligro su propia vida, una situación de muerte repentina o largos periodos de tiempo donde el miedo es la emoción protagonista. Los principales síntomas son:
- Reviviscencia: la persona recuerda el trauma y siente que vuelve a revivirlo con la misma intensidad que cuando ocurrió. Tiene continuamente flashbacks, pesadillas y pensamientos intrusivos.
- Síntomas de evasión: la persona intenta evitar todas aquellas situaciones, personas u objetos que le recuerden la situación traumática. Genera mecanismos de defensa para evitar pensar en ello.
- Hipervigilancia y reactividad: dificultad para dormir, arrebatos de ira, sentirse ‘’al límite’’, sentirse fácilmente sobresaltado.
- Síntomas cognitivos y del estado de ánimo: cambios negativos en creencias y sentimientos que incluyen: problemas para recordar cosas importantes del evento traumático, pensamientos negativos sobre uno mismo, los demás y el mundo (triada cognitiva), sentir culpa y remordimiento, perder interés en cosas que antes disfrutaba (anhedonia), problemas para concentrarse (aprosexia).
Estos días debido a la situación que estamos viviendo algunas personas son vulnerables a desarrollar este trastorno. La población más vulnerable es el personal sanitario. Ellos que están en las trincheras al pie del cañón ayudando a todos los enfermos tienen que enfrentarse día a día a una realidad aterradora. En primer lugar, a una realidad inesperada que llega como un tornado que arrasa todo. Por otro lado, estos médicos están viendo a gran cantidad de personas fallecer día tras día. Han tenido que enfrentarse a decisiones morales de incluso decidir qué personas son atendidas y cuales no por falta de recursos hospitalarios. Trabajan durante largas jornadas viéndose también en peligro su propia salud.
Por todo esto, los sanitarios son personas que cuando todo esto acabe y miren atrás, y con ello todo lo que han tenido que vivir, probablemente desarrollen un trauma ante estas situaciones de estrés. Una vez diagnosticado es importante saber pedir ayuda, los profesionales de la salud mental estamos para acompañaros en este proceso.
Algunos factores de prevención son:
- Realizar ejercicios diarios de respiración, relajación muscular y/o meditación.
- Aceptar que ante esta situación tan complicada pueden surgir en mí emociones desagradables. La aceptación es el primer paso para la gestión emocional.
- La Terapia Narrativa ayuda mucho a plasmar las emociones. Siempre decimos que ‘’el lenguaje crear realidades’’. Al escribir ordenamos nuestro pensamiento, le damos un significado, entendemos el sentido, y todo ello, nos permite elaborar lo que está ocurriendo y cómo nos está afectando. Tener un ‘’cuaderno de descarga emocional’’ donde pueda ir plasmando como me siento siempre genera beneficios a nivel terapéutico.
Todo esto nos hace desarrollar la ‘’resiliencia’’ que es la capacidad de los seres humanos de poder sobreponernos a los eventos dolorosos y obtener un aprendizaje de ellos.
Para conseguir todo esto es importante buscar apoyo, no tenemos que llevar esto de una manera extraordinaria, simplemente tenemos que ESTAR y SER.
Busca momentos de autocuidado, dedica tiempo a cuidarte para poder cuidar, haz momentos de silencio contigo mismo, regálate pequeños placeres y para cuando necesites parar.
Estamos aquí para cualquier cosa que necesites. No dudes en pedirnos ayuda.
Psicóloga: Silvia Sánchez Torres
Learn MorePautas para el correcto estudio autónomo
¿Te ha ocurrido que estos días te cuesta estudiar más de lo habitual? Normalmente solemos “excusarnos” en la falta de tiempo pero, ¿y ahora? ¿Cuál es el problema? Es probable que la falta de una rutina de clases, extraescolares, horas de ocio, etc., pueda convertir estos días de estar en casa en unas “soñadas vacaciones” pero, es muy importante tener presente que estos días pasarán y deberemos volver a los deberes diarios y a los temidos exámenes, por lo que no es aconsejable que desconectemos totalmente nuestro cerebro de todo lo aprendido, pues si no, se nos podría complicar esta inesperada “vuelta al cole”. Con estas pautas que a continuación presentamos, intentaremos que retomar nuestra actividad de estudio no sea una tarea muy pesada.
Lo primero que debemos saber antes de comenzar a estudiar: ¿qué es lo más importante? LA ORGANIZACIÓN.
Si partimos de un horario en el que podamos distribuir el tiempo que vamos a dedicar al estudio, ya tenemos gran parte del trabajo hecho. Ahora sí, tan importante es organizar las tareas como hacerlo de forma realista. Debemos ser conscientes de cuál es el tiempo que podemos dedicar a las tareas sin distraernos o sin sentir cansancio. Por ejemplo, 4 horas seguidas de estudio no es una buena alternativa. ¡Recuerda el tiempo de descanso! Una vez organizado el trabajo que vamos a realizar teniendo en cuenta los tiempos de descanso y las horas de ocio u otras actividades, veamos cómo debe ser nuestro “puesto” de trabajo. Vamos a fijarnos en la siguiente imagen, ¿qué errores se observan en ella.
Para saber qué elementos fallan debemos hacernos una pregunta: ¿lo necesito para estudiar?
En primer lugar, el teléfono móvil. ¿Es realmente necesario o es más bien una distracción? En la mayoría de los casos se trata más bien de una distracción, por lo que deberemos apartarlo
de nuestro campo de visión, así la “tentación” de consultarlo será menor. Vamos a ver qué sucede con las gafas de sol. Suponiendo que estamos en casa (ahora mismo no tenemos otra alternativa), ¿vas a necesitar unas gafas de sol para estudiar? Al igual que el móvil, probablemente nos resulte una distracción, así que la apartaremos de la mesa. Hablando de la mesa… ¿Qué te parece esa mesa? Probablemente no sea muy cómoda, verdad? Algo de vital importancia es buscar una localización de la casa que nos resulte cómoda y agradable. Además, debe tener una buena iluminación, ¡pero sin hacer que las gafas de sol sean necesarias! Por último, el café. Aunque es frecuente ver en muchos escritorios de estudiantes una gran taza de café o una lata de alguna bebida energética, debemos ser conscientes de que un exceso de energía es tan perjudicial a la hora de estudiar como una falta de la misma. Cambia la taza de café por una botella de agua, con un cerebro correctamente hidratado tus ideas fluirán solas.
Pues bien, ya estamos listos para comenzar a estudiar. Este proceso no es igual para todos los cerebros y cada uno debemos conocer cómo rendimos mejor. De forma general, estos son los pasos que te aconsejamos a la hora de estructurar las sesiones de estudio:
- Realiza una primera lectura del tema que va a ser estudiado. (Lo ideal es que las sesiones se dividan en temas o, si son muy largos o complejos, en apartados). Así tendremos una primera idea general acerca de lo que vamos a estudiar.
- Comienza con una lectura en profundidad, apartado por apartado, buscando la mayor comprensión posible de éstos.
- Realiza un subrayado de aquellas partes que se consideren más importantes. No se trata de subrayar todo, sino resaltar aquellas palabras o frases que no se nos pueden olvidar. Puedes usar uno o todos los colores que veas, cada persona tiene un método diferente para estudiar, encuentra el tuyo propio.
- Una vez comprendida la lección, es aconsejable realizar resúmenes y, a partir de éstos, esquemas para fijar en nuestra memoria los conceptos más importantes. Cuando hablamos de resumir no estamos hablando de copiar, sino de explicar con palabras propias y de manera sintetizada la información leída, sin olvidar ningún concepto importante. Es recomendable realizarlos en formato escrito (con papel y boli y no a ordenador), ya que así se facilita el proceso de memorización.
- Por último, a la hora de realizar los esquemas, éstos deben componerse únicamente de aquellas palabras que nos hagan recordar de qué estamos hablando. El esquema es el paso que se debe dar una vez estudiada la lección, pues nos servirá para fijar en nuestra memoria los conceptos y tener, de una forma más visual, la estructura de lo aprendido.
Acaba con la pereza y pon en práctica estos consejos para conseguir mejorar la forma en la que estudias, recuerda que la excusa del tiempo no vale en estos días…
Learn MoreAnsiedad: cómo reconocerla y combatirla
Es probable que en estos días todos hayamos tenido en momentos puntuales una fuerte sensación de intranquilidad, de nerviosismo, llegando a tener palpitaciones o sudoración excesiva. ¿Qué significan estos síntomas? ¿Debo preocuparme? A la primera pregunta responderemos con una palabra, ansiedad. ¿A la segunda? En absoluto. La respuesta de ansiedad ante situaciones nuevas o de incertidumbre es la más normal. De forma fácil y sencilla, podríamos entender la ansiedad como aquella reacción de alerta que, de forma inconsciente y anticipada, tenemos ante estímulos (externos como un accidente o internos como pensamientos) que a nuestro parecer pueden ser peligrosos o dañinos y que viene acompañada por sentimientos negativos o sensación de tensión.
Debemos fijarnos en dos palabras que aparecen en esta definición: en primer lugar, la palabra inconsciente, lo que podríamos entender como sinónimo de incontrolable, en el sentido de que no decidimos en qué momento va a aparecer. Por otro lado, anticipada. Una característica de la ansiedad es que aparece para avisarnos de que algo malo o desagradable puede ocurrir, es decir, antes de que suceda, por lo que nos prepara y nos mantiene alerta para cuando ese acontecimiento suceda. Esa característica anticipatoria de la respuesta de ansiedad es la que le da un carácter adaptativo, porque hace que estemos “preparados” para lo que venga. Sin embargo, esta afirmación necesita de un matiz: para que la ansiedad sea adaptativa (o normal ante una
situación estresante) debe encontrarse dentro de unos niveles normales, siendo coherente con el estímulo estresante que la desencadena.
Otra característica que debemos conocer de la respuesta de ansiedad es la curva que su representación gráfica dibuja. Como se observa en la imagen, la ansiedad no es constante en el tiempo, sino que traza un forma de “campana”. ¿Esto qué significa? Afortunadamente, esta
representación visual nos informa de que los niveles de ansiedad pueden ir aumentando hasta llegar a un punto máximo, en el que comenzarán a disminuir. Por lo que, si aparece esta temida sensación, debemos ser conscientes de que, si como en la mayoría de los casos no es una ansiedad patológica, ésta terminará por desaparecer.
La distinción entre la ansiedad adaptativa y la ansiedad patológica no es tarea sencilla, aunque de ésta última debemos saber que provoca tal nivel de malestar que supone un problema en el día a día, generando una reacción exagerada antes aquella cosa o situación que la desencadena e impidiendo un adecuado desarrollo de la actividad social, laboral u otras áreas de la vida cotidiana de las personas.
La complejidad de la respuesta de ansiedad podría llevarnos a una explicación un tanto pesada y controvertida, por lo que el objetivo principal de este post, más allá de convertirnos en expertos en el tema, es informar de que la ansiedad es algo que está presente en el ser humano, que no debemos entenderla como un problema siempre que sea una reacción coherente con el “peligro” que se pueda presentar, como la incertidumbre que genera el estado de alarma en el que nos encontramos. ¿Es normal tener ansiedad por lo que está ocurriendo ahora mismo? Completamente. Ahora, debemos hacernos una pregunta aún más importante, ¿qué puedo hacer para sentirme mejor?
- En primer lugar, debemos comprender qué es la ansiedad y pensar de forma lógica. No debemos sentir miedo si ésta aparece en estos días, sabemos que desaparecerá. Sabiendo que está presente, tenemos que aceptarlo.
- Huir en este caso no es la solución, de nuevo, el miedo desaparecerá. Una alternativa eficaz que tenemos frente a la huida en esta ocasión puede ser la realización de ejercicios de respiración cuando aparece la ansiedad, o incluso antes, evitando que ésta aparezca. Un sencillo ejercicio de respiración que puede servirnos sería inhalar profundamente por la nariz, mantener el aire durante 5 segundos, y expulsar el aire poco a poco.
- Tratar de mantener una actitud positiva será la clave para conseguir una sensación de bienestar. Como hemos dicho la ansiedad aparece antes del “peligro” y anticipar lo que va a pasar de forma negativa no va a aportarnos nada bueno. Seamos realistas, no pesimistas. Un ejercicio que podría ayudarnos es pensar en situaciones adversas del pasado y en cómo las hemos gestionado y superado. Esto nos hará ver las fortalezas que tenemos y las habilidades propias que nos ayudan a superar los peores momentos.
- Expresa libremente tus sentimientos y emociones, dejando a un lado las comparaciones. Cada persona es diferente y, por supuesto, siente de forma diferente a los demás las circunstancias.
- Dedícate tiempo. Es importante buscar actividades que nos aporten placer o bienestar, así como tener un adecuado descanso, alimentación e higiene.
- No busques una solución rápida para la ansiedad, no existe. Sabemos que la ansiedad termina desapareciendo, por lo que debemos darle su tiempo y no caer en soluciones que parecen efectivas en el momento como el tabaco o el alcohol, cuando su efecto pase las consecuencias podrían ser aún peores.
SESIONES DE PSICOLOGÍA ONLINE
SERVICIOS PSICOLÓGICOS DURANTE LA CUARENTENA POR EL COVID-19
Debido a la situación de crisis que estamos viviendo, desde CES EDUCA queremos acompañaros psicológicamente para fomentar la salud mental y el bienestar emocional estos días tan duros para todos.
Por ello hemos habilitado el servicio de sesiones de psicoterapia online, acompañamiento telefónico, y diferentes talleres que iremos subiendo a las redes.
Todo esto está dirigido a cualquier persona que lo necesite: paciente en los hospitales, familiares, personal sanitario, cualquier persona que esté en su casa y sienta que necesita ayuda.
No dudéis en contactarnos, nuestro único objetivo es ayudaros.
Os mandamos toda nuestra fuerza.
Learn MoreReduce tu estrés, regula tu cortisol
Si nos paramos a pensar en lo que está sucediendo estos días, hay una palabra que puede definir el sentimiento general de la población: incertidumbre. Esta incertidumbre, según la actitud que tomemos para afrontarlo, se puede transformar en numerosos estados, siendo el estrés el más común.
Entendemos por estrés a aquella sensación que nosotros mismos generamos cuando hacemos frente a situaciones difíciles y que, de algún modo, suponen un esfuerzo, ya sea mental o emocional. Habitualmente, este estrés se traduce en nuestro cuerpo como una tensión física. Pero, ¿qué le ocurre a nuestro cerebro cuando nos sometemos a esta incertidumbre o estrés de forma constante?
Ante una situación estresante, como es el estado de “encierro” en los domicilios que nos está tocando vivir, nuestro cerebro activa su sistema de alerta particular y comienza a segregar cortisol. El cortisol, o más comúnmente conocido como la “hormona del estrés”, es un glucocorticoide que es secretado por la corteza suprarrenal (justo encima de nuestros riñones) gracias a la orden hormonal del hipotálamo, -zona del sistema límbico (pintada en la imagen)-que tiene la función de producir las hormonas necesarias para mantener un correcto estado de “equilibrio” orgánico u homeostasis y para mantener reguladas nuestras emociones, ciclos de sueño y otros aspectos más fisiológicos.
La liberación de cortisol, de forma controlada y en niveles adecuados es esencial para poder disfrutar del bienestar que supone estar despiertos y activos durante el día -”preparados para la acción”- y al mismo tiempo ser capaces de descansar durante las noches. Sin embargo, cuando la situación puntual de estrés se convierte en una situación crónica (o no conocemos a ciencia cierta cuándo va a finalizar dicha situación, como ocurre actualmente en nuestro país), los ciclos que regulan la secreción del cortisol dejan de funcionar correctamente, produciéndose un exceso de esta hormona que, en gran cantidad, se vuelve “tóxica” para nuestro cerebro, desembocando en problemas de salud física y emocional.
Entonces, ¿qué podemos hacer para regular nuestro nivel de cortisol? podemos utilizar dos vías: por un lado, podemos optar por la reducción directa de la producción de esta hormona. Por otro lado, tenemos una vía indirecta que finalmente va a hacer que consigamos regular estos niveles, reducir nuestro nivel de estrés.
- VÍA DIRECTA: REDUCCIÓN DE LOS NIVELES DE CORTISOL
- Realiza ejercicio físico. Éste no debe ser un deporte de riesgo, por lo que será una actividad que podemos realizar dentro de nuestro domicilio.
- Mantén el contacto con familiares y amistades. Este contacto no tiene por ser físico, ¡aprovéchate de la tecnología!
- No olvides una buena alimentación y beber agua.
- VÍA INDIRECTA: REDUCCIÓN DEL ESTRÉS PARA REGULAR LOS NIVELES DE CORTISOL.
- Identifica pensamientos negativos que aumentan la sensación de miedo y malestar. Verbalízalos, para hacerte consciente de su realidad. ¿Estoy siendo realista? ¿Qué pruebas tengo para afirmar que lo que pienso va a suceder? ¡NO DEBEMOS ANTICIPARNOS!
- Busca actividades que puedan convertirse en rutina en los días que tengamos que permanecer en casa. Quedarse en la cama NO ES UNA SOLUCIÓN. No olvidemos incluir en estas rutinas la higiene personal.
- Sé optimista sin obviar la realidad. Si cumplimos las medidas preventivas, no tenemos por qué padecer la enfermedad ni sufrir sus consecuencias. Y si la padecemos, seamos consciente del día a día, pero mirando también hacia atrás, ¿acaso nunca antes hemos superado situaciones temidas?
- Trata de evitar (aunque sea una tarea realmente complicada) la sobreexposición a la información referida a la situación que provoca ese estrés, atendiendo únicamente a aquella información que proviene de fuentes oficiales y contrastadas.
- Realiza actividades de relajación (por ejemplo con la respiración), pues no requieren de material ni de un espacio concreto para llevarlas a cabo. Son múltiples las páginas de internet que aportan información acerca de estas técnicas, por aquí dejamos una de ejemplo.
Fomentar la salud mental estando en casa
Fomentar la salud mental estando en casa:
- Cada mañana cuando te levantes, desayuna algo rico y organiza todo lo que quieres hacer durante el día, no hay que hacer todo el tiempo cosas, puedes querer aburrirte, no es una sensación que nos permitamos en la rapidez de nuestro día a día. No te compares con las redes sociales, recuerda que eso es solo unos minutos de la vida de esa persona.
- Date una ducha, arréglate, que te mires al espejo y te guste lo que ves, pues eso te pone en una situación de proactividad, ahora bien, si te apetece estar en pijama todo el día, adelante, hazlo, haz en cada momento lo que te apetezca.
- Incluye en tu rutina un ratito para hace algo de deporte o alguna actividad de meditación, te ayudará a calmar la ansiedad, y si no te apetece, haz un par de respiraciones al levantarte e irte a la cama y ya está, no pasa nada.
- Continúa haciendo las cinco comidas al día, intenta que sean lo más sanas posibles, y si te apetece darte algún capricho hazlo, hay que fomentar el autocuidado.
- Antes de irte a la cama piensa en qué momento del día has sido amable contigo mismo, si has aprendido o puedes dar gracias por algo en el día de hoy, y si no, no pasa nada, no siempre tenemos ganas de aprender, a veces simplemente podemos estar enfadados.
- Evita pensar en todo lo que NO estamos pudiendo hacer por estar en casa, identifica todo aquello que siempre queremos hacer y no podemos por no tener tiempo, AHORA ES EL MOMENTO.
Se amable contigo mismo, no tienes que cambiar nada, siente justo lo que estás sintiendo, está bien.
Psicóloga Silvia Sánchez Torres
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¿CÓMO EXPLICAR EL CORONAVIRUS A LOS MÁS PEQUES?
Desde el Gabinete de Psicología y Logopedia os recomendamos que visitéis el enlace siguiente para poder explicar con detalle y de una forma más divertida a la población más pequeña la forma en la que actúa el virus.
https://admin.cmmedia.es/wp-content/uploads/2020/03/64c685_7a6ac671e5034323aaba0a6ed65494a6.pdf
RECOMENDACIONES PARA AFRONTAR EL MALESTAR PSICOLÓGICO
Si no estás afectado por la enfermedad, pero sientes una serie de emociones con alta intensidad y persistentes como:
- Nerviosismo, agitación, tensión, peligro inminente
- No poder dejar de pensar en otra cosa que no sea la enfermedad o la preocupación de enfermar
- Necesidad de estar permanentemente viendo y oyendo informaciones sobre el tema
- Dificultad para concentrarse
- Dificultad para desarrollar laborales cotidianas o su trabajo adecuadamente
- Esta en estado de alerta, analizando sus sensaciones corporales
- Le cuesta controlar su preocupación y pregunta persistentemente a sus familiares por su estado de salud
- Percibe un aumento del ritmo cardiaco, respiración acelerada
- Problemas para tener un sueño reparador
Pasos a seguir:
- IDENTIFICAR PENSAMIENTOS QUE PUEDAN GENERARLE MALESTAR: pensar constantemente en la enfermedad puede hacer que aparezcan.
- RECONOZCA SUS EMOCIONES Y ACEPTELAS: comparta su situación con las personas más cercanas a usted.
- CUESTIÓNESE: BUSQUE PRUEBAS DE REALIDAD Y DATOS FIABLES: Conozca los hechos y los datos fiables que ofrecen los medios oficiales y científicos.
- INFORME A SUS SERES QUERIDOS DE MANERA REALISTA
- EVITE SOBREINFORMACIÓN
- CONTRASTE LA INFORMACIÓN QUE COMPARTA
Estamos aquí para vuestra entera disposición.
Contacto: orienta@ceseduca.es
Equipo de Psicología Ces Educa.
Learn MoreNeurociencia y educación
Son muchas las dudas que se han generado en cuanto a la posibilidad de aplicación de los conocimientos aportados por la neurociencia, más concretamente la neurociencia cognitiva, a la educación. Tanto que a comienzos de los 90 surgió el “aprendizaje basado en el cerebro”, un movimiento que partía de la educación con la intención de unificar los avances de ambos ámbitos.
Es cierto que, como aportan numerosas evidencias, ambas disciplinas “hablan” dos lenguajes distintos y poseen diferentes objetivos. Sin embargo, existe una solución a estas diferencias, la “creación” de profesionales con una formación híbrida y con experiencia tanto educacional como en investigación. De esta forma, autores como Janet Zaldina han propuesto la posibilidad de crear una nueva especialidad que forje el nexo entre las disciplinas mencionadas: la profesión de “neurocientífico educativo”.
Hay que dejar claro que con esto no se pretende cortar de raíz con el sistema educativo actual, si no modificarlo de una forma sensata para tratar de mejorarlo. Por ejemplo, la neurociencia ha dado a conocer que la maduración cerebral requiere de más tiempo del que se creía hace apenas unos años, pasando de “los primeros 1000 días” de vida, hasta los 7000 (Lipina y Segretin, 2015). Otra revelación que ha aportado la neurociencia (Dumontheil, 2015; y CatherineSebastian, 2015) es que el papel de las hormonas en la adolescencia, pasa a un segundo plano junto con los cambios contextuales y sociales, siendo el proceso de maduración cerebral la razón principal de un desarrollo óptimo del pensamiento abstracto, la capacidad de resolución de problemas o la autoconciencia.
En definitiva, las investigaciones en neurociencia aportan estrategias para facilitar el proceso de aprendizaje entre los estudiantes, no sólo teniendo en cuenta el contenido de lo que se enseña en las aulas, sino en la manera en que estos contenidos deben ser ser enseñados.
Estos datos son, o deberían ser, cruciales para plantear cambios en las medidas políticas de educación y en el desarrollo de planes para la prevención del fracaso escolar, así como del desarrollo cognitivo y emocional de los más pequeños.
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La enfermedad de Alzheimer: su mayor víctima no siempre es quien la padece.
Al hablar de cualquier enfermedad, parece lógico pensar en las consecuencias de quien la padece, ya sean físicas o psicológicas. Sin embargo, cuando hablamos de la Enfermedad de Alzheimer (EA) ocurre algo muy particular,algo que frecuentemente ocurre allí donde esta enfermedad aparece. Estamos hablando del papel y de las claras consecuencias que padecen los cuidadores e, indirectamente, las familias en su conjunto, comúnmente conocidas en su conjunto como “síndrome del cuidador”.
En primer lugar, ¿qué es la Enfermedad de Alzheimer?
La EA es una enfermedad neurodegenerativa, que consta de tres etapas que se traducen en un agravamiento de sus síntomas (pérdida gradual de memoria, desorientación, confusión, deterioro cognitivo, aumento de la agresividad…) llegando hasta la dependencia total de la persona en la última fase de la enfermedad.
Cuando ésta aparece, nos encontramos ante una situación en la que los familiares deben cambiar su día a día para poder hacerle frente a las situaciones y necesidades que van surgiendo. Las situaciones o necesidades a las que hacemos referencia, en ocasiones se ven multiplicadas por una débil condición económica, una percepción de falta de apoyo o incluso el tener una relación muy cercana con el enfermo. Sí, sí, cuanto más queremos a una persona más nos implicamos, por lo que la intensidad de las consecuencias a las que nos exponemos es aún mayor. Además, si en la familia existían problemas previos a la aparición de la enfermedad, éstos suelen resurgir de las cenizas con más fuerza ante malas situaciones.
Por eso es de vital importancia cuidar de los que cuidan, no sólo de los enfermos. Prestarles ayuda con el enfermo o, simplemente, atención (por ejemplo, no hablar de la enfermedad cuando se está en contextos de ocio o mostrar interés acerca de su estado de ánimo o sus sentimientos) es un gesto que es percibido por los cuidadores como un respiro, ya que cuando los cuidadores cuentan con ayuda de amigos, familiares y profesionales, se reduce su percepción de sobrecarga que define al “síndrome del cuidador”.
Learn MoreLA IMPORTANCIA DE GATEAR PARA PREVENIR POSIBLES DIFICULTADES
El inicio del gateo se da en la recta final del primer año de vida.Mediante este desplazamiento, se producen en el niño muy diversos cambios que si no se adquieren con normalidad, pueden ocasionar futuras dificultades en algunas funciones cerebrales, sobre todo las relacionadas con el aprendizaje.
Mediante el gateo:
- El niño comienza a conectar los dos hemisferios cerebrales
- Se produce una maduración de las funciones cognitivas.
- Se desarrolla el equilibrio y el patrón cruzado previo a la bipedestación.
- Comienza el desarrollo de la relación ojo- mano y su relevancia neurológica, la cual cobra gran importancia en los procesos de aprendizaje de la lectura y escritura.
De ahí, la importancia de que los niños pasen por todas las etapas del desarrollo evolutivo, desde liberar lo brazos del cuerpo, a la marcha cruzada, aquí , pasamos entre otros movimientos, por el gateo.
Laura Estremera, profesora de la Escuela Bitácoras, suele explicarlo comparándolo con una escalera de caracol. «Lo más sencillo es subir peldaño a peldaño, apoyando cada aprendizaje nuevo en los anteriores. Se puede ascender saltando algún paso, pero puede causar alguna dificultad. Sobre todo, porque al llegar arriba quizá echemos en falta ese escalón evitado.»
Beatriz Gómez Caravantes.
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